Estremecida ante tu próxima presencia
mi piel sedienta burbujea de placer.
Antes que tú comparezcas,
antes,
iré formando una tela destinada
a enloquecer tus abismos ancestrales.
Arde mi espera
mi lujuria me condena
Soy una esclava de tus manos repetidas
una y mil veces repetidas en mi cuerpo.
Son el preludio del volcán que desespera
ante la magia de tus dedos pordioseros.
Viajan livianos recorriendo mis laderas
mis montañas prodigiosas
mis llanuras espasmódicas
que se convierten en un plan desesperado
para atraparte en el tejido de mis ansias.
Ya estás llegando a mi pasión exasperada.
Entras en vértigo
buscas mi duelo
sojuzgas mis huecos inundados
y te atrincheras en mi cueva solidaria.
Y allí te quedas inventando nuevos juegos
para que nunca se consuma el rojo incendio.
Nunca seremos fríos vuelos practicados.
Somos la enseña del instinto amplificado.
