En tus muslos sazonados
Esta noche de verano consumado
me sonríen las oleajes de los mares.
Convertido en una pena demacrada
me perfilo por el arte de tus manos.
Me apodero de tu gracia hospitalaria,
me registro entre tus muslos sazonados,
conviviendo en tu prado perfumado,
hasta el día que mi pena disminuya .
Es mi llanto tan enorme que no calla,
no concluyo mi dolor en tus mañanas,
necesito de tus noches espoleadas,
porque el tiempo de la pena finaliza.
Las colinas que se asoman imprudentes,
disminuyen el suplicio que me abruma,
con sus fuentes de brillantes atributos,
incrementan mi apetencia por tu arte.
He advertido que los lirios de tu prado,
son lozanos vigorosos y primados,
me han poblado de dulzura sus estambres,
compartiendo su licor con entusiasmo.
La escultura de tu cuerpo me prodiga,
inquietudes extremadas de desagüe,
me convierto en una pena trasnochada
y me inscribo en tus muslos sazonados.
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