Irresistible
en tu cadencia vaporosa
vuelan astucias lujuriosas
por las veredas afectuosas.
Pasas con tiempo esplendoroso
con tu cintura iluminada
y tus cabellos ondulados
vistiendo el sexo emancipado.
Tienes el garbo de una leona
la pasión loca acrecentada
en tu bandera apasionada
que deja rojas las baldosas.
Arde la tierra al verte andar
alborozada en tu pasar
dejando envidia entre las hojas
devoradoras de tus ansias.
Y no te cierras al asombro
de las miradas excitadas
cubriendo el cuerpo despoblado
de represiones amorosas
Dejas el rastro de exigencia
que anida brioso en tu presencia.
Llora la luna con envidia
porque es su Sol quien te calienta
acariciando tus salientes
curvas de muerte atrayentes.
que hechiza al hombre
como serpiente sorprendente.
Beatriz Ojeda
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